Cómo ser activista LGBTI

Recuerdo que cuando supe por primera vez sobre el activismo pasé varios días leyendo sobre cosas que hacían los activistas, el activismo LGBTI fue  lo que me había llamado la atención y tenía razones personales para querer con muchas ganas formar parte de ello.

La gente tiene que ver estas acciones,
¡el mensaje tiene que llegar!
Hubo un reportaje que me impactó mucho sobre Aldo, un policía trans que fue golpeado muy cruelmente en San Salvador, la capital de mi país. Recuerdo que me dio mucha rabia lo que le habían hecho, justo después de una marcha por los derechos LGBTI, al regresar a casa, otros policías le habían dado una golpiza, y las fotografías mostraban lo cruel que había sido. Lejos de amedrentar mis ánimos, sólo me dio más ganas de querer cambiar esta realidad. 

Me dio mucho miedo, sí, por lo que me podría pasar.  Pero me daba más miedo pensar qué pasaría si no cambiaba nada. Yo realmente creo que los cambios suceden, por muy pequeñas las acciones que hagamos. La gente cambia, y la sociedad cambia también, pero si no hay quien se de el valor de actuar, los demás no lo hacen. 

Hay muchas formas de hacer activismo, no es sólamente salir a las calles con una pancarta o a hacer una locura. Eso lo leí hace mucho también. El salir del clóset públicamente puede ser activismo. El vestir una camisa rosada siendo hombre para que los demás te vean también puede ser activismo. El hacer algo en lo que firmemente crees, sin dejarte amedrentar por los demás, también puede ser activismo. Con esas explicaciones me quedó claro lo que significa el activismo, y me agradaba mucho la idea. Sé que mucha gente no se lo toma de esa manera. El tipo de activismo que a mí más me ha llamado la atención es por los derechos LGBTI pero hay muchas causas por las cuales se lucha  todos los días. Todos tienen una finalidad clara: llevar la vida humana a una vida más digna. Derecho al agua, derecho a ser tratados iguales, derecho a condiciones dignas de trabajo, derecho a hacer con mi cuerpo lo que me plazca, derecho a mantener mis creencias personales, derecho a mi identidad, derecho de las mujeres, pareciera que hay tantas cosas por las que luchan los activistas hoy en día, pero yo creo que todas las luchas pueden perfectamente ir de la mano, no hay por qué separarse. Hace poco un amigo me preguntaba "'¿qué tiene que ver el derecho al agua  con el feminismo?". Bueno, es por lo mismo que estaba explicando, las luchas no tienen por qué estar separadas: toda persona debe tener derecho al agua, una vida digna, a iguales derechos siendo mujer, hay dejar el machismo atrás, la lucha por la comunidad LGBTI está también ligada mucho al feminismo. 

Realmente cualquier acción que sientes que deberías ser libre de hacer, que no hace daño a nadie, pero sabes que va a dejar un impacto en la mentecita de los demás que aún no lo comprenden, puede ser considerado activismo: agarrarse de la mano en público, vestir esa camisa que tanto te gusta pero que se supone que es del otro género, mencionar el tema en pláticas sociales. No sé, las oportunidades pueden ser infinitas. 

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