Vivir en dos ciudades

Los atardeceres son hermosos, no importa la ciudad desde la que los veas.
(Foto tomada por mí)
Hace unos años me mudé a otra ciudad para vivir y tener un trabajo diferente más cercano a mis sueños. Me gusta mucho el lugar donde vivo, hay bastantes personas con las que puedo convivir, hay muchísimas cosas nuevas que descubrir cada día en esta ciudad y también hay eventos de arte, que me gustan mucho, estudios de arte, de tatuaje, eventos de música, y de otras expresiones culturales.



Algo que he notado acá es que la publación es muchísimo más grande y de formas mucho más diversas de ser y de expresarse. Me gusta mucho también eso ya que me parece muy inspirador. Como dibujante saco mucho provecho de la diversidad para generar muchas nuevas ideas y cosas que proponer a los demás. Me gusta mucho también ver la diversidad de industrias y de oportunidades de las que puedo sacar más aprendizaje.

(Foto tomada por mí)
Aún así, en mi proceso de adaptación no puedo evitar pasar por una etapa en la que no siento que pertenezco a una ciudad o a la otra. Me siento bienvenido en ambas, pero también siento que mi ciudad de origen también va cambiando bastante rápido y cada vez que  regreso está un poquito más distinta. Yo cada vez me sentía un poquito más alejado de esa ciudad donde crecí (que la llamamos ciudad por el título porque a mi ver es demasiado pequeña para ser una ciudad, no sólo pequeña en la cantidad de población, sino también en edificaciones, mentalidad, industrias, y muchas otras áreas), me he sentido que cada vez que llego no he tenido a mis amigxs con lxs que solía salir, muchxs de ellxs se han mudado o están trabajando, así que no tenía con quién salir o pasar el rato como solía ser antes.

En donde vivo actualmente, las distancias son mucho más largas, visitar a unas personas o un lugar me lleva mucho más esfuerzo y tiempo, da más pereza ir o hay que planificar mucho más las cosas. Mi mentalidad de espacios pequeños, distancias cortas, se adaptó a la nueva ciudad en cuanto llegué y comencé a transitarla.

(Selfie)
La última vez que fui a mi ciudad natal aprendí que mis amigxs siempre están, e incluso puedo hacer nuevxs amigxs, pero debo avisar o esperar a esos momentos en que todos podemos coincidir para vernos; la última vez que fui la pasé muy bien y no me sentí solo en ningún momento. Al regresar a mi otra ciudad, comencé a repasar en mi menta la lista de todxs lxs nuevxs amigxs que he hecho y a ver con cuales puedo verme más seguido, para pasar más tiempo juntxs y convivir más y tener más y nuevas experiencias de vida. Me sentí como nuevo al volver, sentí que el haberme reunido con mis viejxs amigxs me ayudó mucho a refrescar mi ser. Me gustó.


Hace un tiempo hice un vídeo hablando un poco sobre éste tema, aquí te comparto el enlace y el vídeo:



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